Mira Johns es casi como cualquier otra adolescente. Excepto porque ella
sabe cómo aprovechar la energía electromagnética para poder comunicarse
sin palabras. Y además, ella está muy, muy lejos de casa. Su asignación
como emisaria en la Tierra suena bastante simple: mezclarse, observar y
mantenerse alejada de los hombres primitivos del planeta. Pero después
de encontrarse con un misterioso muchacho, demasiado irresistible para
seguir esas estúpidas reglas, descubre la verdadera razón por la que
debe mantener la distancia: los compañeros de su mundo pueden morir si
se separan. Pero una serie de graves accidentes deja claro que alguien
quiere forzar su regreso. Mira decide que su única esperanza es
descubrir la verdad de por qué ella, la más mediocre de los candidatos,
fue elegida para este trabajo, antes de que la agencia descubra su
secreto y la envíe de vuelta a casa.
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"Porque a todo el mundo le gusta saber que no está solo, que no es el único..."