Para sobrevivir en un mundo en ruinas, ella debe abrazar la oscuridad.
Allison Sekemoto sobrevive en la franja, el círculo exterior de una ciudad amurallada. Durante el día, ella y los suyos buscan comida. Durante la noche, cualquiera de ellos podría ser comido. Algunos días, todo lo que mantiene a Allie es su odio hacia ellos-los vampiros que retienen a los humanos como rebaños de sangre. Hasta la noche en la que Allie misma muere y se convierte en uno de los monstruos.
Obligada a huir de su ciudad, Allie debe hacerse pasar por una humana cuando se une a un grupo de peregrinos que van en busca de una leyenda, una cura para la enfermedad que acabó con la mayor parte de la población y creó los rabids, las criaturas sedientas de sangre que amenazan a los vampiros y humanos por igual. Y pronto Allie deberá decidir por qué y por quien vale la pena morir.
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"Porque a todo el mundo le gusta saber que no está solo, que no es el único..."