Envuelta
en una oscuridad que me abraza como un sudario, no tengo nada que me
distraiga de mis recuerdos del asesinato de Reyad.
Él merecía morir, pero según la ley, yo también. Aquí en Ixia, el castigo para el asesinato es la muerte, y ahora estoy esperando al verdugo. Pero la misma ley que me condena me puede salvar. El catador de comida de Ixia, cuya misión era asegurarse de que la comida del Comandante no estaba envenenada, ha muerto. Y según las normas, el siguiente prisionero destinado a ser ejecutado, es decir yo, puede ocupar ese puesto...
Él merecía morir, pero según la ley, yo también. Aquí en Ixia, el castigo para el asesinato es la muerte, y ahora estoy esperando al verdugo. Pero la misma ley que me condena me puede salvar. El catador de comida de Ixia, cuya misión era asegurarse de que la comida del Comandante no estaba envenenada, ha muerto. Y según las normas, el siguiente prisionero destinado a ser ejecutado, es decir yo, puede ocupar ese puesto...
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"Porque a todo el mundo le gusta saber que no está solo, que no es el único..."